Algo faltaba...
Hola querida creativa,
Cuando terminé el colegia, no tenía muy claro qué quería estudiar.
Solo sabía una cosa:
soñaba con tener algo propio.
Algo que me apasionara, algo que construyera con mis propias manos e ideas.
Pensé que, al menos, si estudiaba Ingeniería Industrial, iba a encontrar ese "cómo".
O eso pensaba yo, a mis 18 años.
Empecé la carrera, y para mi sorpresa, me enamoré de la ingeniería.
No era tan cuadrada como me decían.
Si sabías dónde mirar, había mucha creatividad en repensar procesos, desarrollar nuevos negocios, buscar soluciones fuera de lo obvio.
Ahí me sentía como pez en el agua.
Pero con el tiempo, sentí que ese mundo también me quedaba chico.
Las estructuras, las reglas, los límites...
Me hacían sentir encerrada.
Mientras estudiaba —y ya recibida— también buscaba otros caminos.
Tomé clases de costura, hice durante más de un año un curso de patronaje de calzado, lancé mi propia marca de carteras.
Sabía que quería algo mío.
Pero todavía no había encontrado el lugar donde quedarme.
En esa búsqueda de probar, explorar y crear,
un día, me crucé con la cerámica.
Y todo cambió.
Te cuento esto porque quizás vos también sentís que algo falta.
Que por fuera todo está en orden, pero por dentro,
sabés que querés algo más tuyo, más verdadero, más libre.
Tu historia no tiene que ser como la mía.
Quizás tu trabajo te gusta.
Quizás disfrutás de lo que hacés.
Pero aun así, sentís ese llamado a explorar tu lado creativo.
Ese deseo de crear algo con tus manos, de conectar con algo más profundo.
Y eso también está perfecto. 🌿
Estoy preparando algo muy especial para acompañarte en ese camino.
Un espacio donde puedas creer en vos, crear a tu manera, y dejar florecer todo lo que llevás adentro.
Si querés ser de las primeras en enterarte, te invito a hacér click acá y enterarte primera💛
Un abrazo embarrado,
Nati 💛
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